viernes, 30 de septiembre de 2011



Desde hace un tiempo no la veo
no he hablado con ella
ya no llama desde los torbellinos florales
ni de los tornados marinos
no la busco
no me encuentra
deambula como alma en pena en un pueblo vacío
deshabitado de luciérnagas
flotante como la espera
como la espuma que sube por sus piernas
por las olas que se arrastran por las rocas
mientras la arena se escabulle por sus cabellos
pienso en ella
pero no la recuerdo
la veo desde una línea imaginaria
cruzada en el horizonte
mientras tapa el sol con su mano
y desliza su tierna mirada hacia el faro.





jueves, 29 de septiembre de 2011



En un trance perpetuo
de tu voz permuta
la sabia matutina
hilada con cruento hilo negro
solventando las hormigas 
en sus turbias cabinas
trabajando sin césar
por el peso de su cuerpo
sobre el tábano que inspira el vuelo
de esos oscuros colores
obscenos como tus labios
y como los de ella
llenos de miseria y vulgo
asqueados de la fantasía.


miércoles, 28 de septiembre de 2011


I


Entre diáfanos filamentos y tu voz
te prefiero presente
como el cerezo en flor
como el olivo en llamas
en tu mar de hierba, te abrigo
y espero soltar la alondra
viva de esperanza y encanto.
Te quiero y recuerdo
como un reflejo en el agua
como el movimiento de las copas
de los árboles fraudulentos.
Te digo, te espero
a que pasen los cometas
demorándose los dinosaurios
cuyos vestigios, aún vivos
caminan a tu lado.
Te dejo cuando el alba aún está rota
mientras mi corazón se humedece
en un extraño navío.


II


Ya no habrán más paseos por la tarde
ni reflejos ni queltehues
ni mañanas en silencio
ni preguntas sin respuestas
no habrán más abedules muertos
ni pájaros cantando
ni películas en blanco y negro
ni cariños acaramelizados
no habrá más frío y sed
ni pensamientos oscuros
( no habrá más pecado)
espero, tu perdón yo espero
ni sarcasmo
ni ironía
ni crueldad
ni lecturas en silencio
ni melodías entonadas
ni sombras de un ferrocarril
ni espaldas con lunares más suaves que el durazno
bajo un aromo te espero
una estrofa a cambio de una disculpa
no olvido y perdono
y es la vacuidad de la flor aniquilada
mutilada
como el lamento de tu histeria sin sentido
de los temores nocturnos
de una humedad disuelta que se avecina
de una tinta interrumpida
del nadador sin fondo
del momento siguiente
de los suspiros rodeando la escalera
de ese décimo octavo piso.


III

Hastío, navío, sombrío
bajo la sombra del abedul
sobre el alero de un sombrero
junto a la ciénaga
cerca del álamo
de una mañana manchada
con tinta y esperma
con rocosas intenciones
y ausentes colores
con el azul del alba
y lo poblado del mar
y el ave
asesinada 
te deja ver con espanto
que han matado a sus hijos
lanzando picotadas y escupitajos florales
riéndo por sólo un instante.















sábado, 24 de septiembre de 2011




Te pondría dos piedras en los ojos
para cerrarlos dentro de un lago taciturno
como tu desidia
como las uvas
carcomidas por los años
por el sol
por el agua
ya no lo busco
no sé ni donde está
bajo las piedras
junto a los rieles
escondidos en las hiedras
al lado de las ortigas.




Las flores te devoran los temores,
las flores amamantan tus errores
los convierten y alimentan
los envenenan y luego arrojan.

Las flores te caen bien por la mañana
y las botas en la noche
te llaman
te buscan
te encuentran
y los ahogas
en tu mar finito
con palabras finitas
con sentimientos finitos
en un océano que ya no es de tiempo
sino, finito
como tu lugar en la tierra
como tus dedos deshaciéndose
y la madera pudriéndose
como Venus en el pudridero
como Leonor  de Aquitania
como Magdalena.

El error es lo humano
y humano ya no quiero seguir siendo
prefiero ser devorada por la nada antes que por los años
prefiero ser mutilada antes que me coman los insectos de seis
cuatro
y los peores; de dos patas,
esos que dicen quererte, comprenderte
y luego te dejan sin nada.


Mi corazón está en dos
como mi ser cargado de incertidumbre
por el bien del camino y del arado
por el bien tuyo y mío
te hago ver que te quiero más que ayer 
aunque las azucenas parezcan más lisas
y tiernas que el musgo
diciendo que el prado crece más que el espíritu
y una voz sigilosa deambula
como los reflejos de las sombras
titilantes,
 sanguinarios como los atardeceres
y los hechos son sólo como arpías matutinos
que comen la placenta
y las manos arqueadas, al igual que tus piernas 
te dicen que el tren se acerca 
viene, se asoma
retumban los rieles
como retumba mi corazón nuevamente vacío
como la copa rota,
como el vaso en la cantina
y son los demás quienes ya se han ido
sin aviso
sin explicación
tomaron sus maletas y huyeron bajo las ruedas
de los camiones y junto a la carretera
para ser pellizcados por los aguiluchos
y los tordos
mientras un zorro se acerca
y lame lentamente la sangre reseca.

jueves, 15 de septiembre de 2011




Las venas se mezclan con la alondra gris
entremezclada en tierno musgo
que azota a las piedras junto al pozo
y los cabellos como miel.


Rabiosa e inquebrantable se encuentran los recuerdos
de un error catapultado
de una prisa sin espera
de un impulso absurdo y plebeyo 
por una sombra 
como un fantasma que grita que lo liberen
que lo ahoguen
que lo maten
hundan
mueran
como la luz a través de las cortinas
como la mañana difusa de tu ventana
como las manchas de tus raíces y el olor
a una presencia que aún inquieta.


Camina hacia la interfase azul
de omisión
y no evasión
pinta tu cara de amarillo crepúsculo
y tus manos de aves descoloridas
rabiosas
inquietas por las lombrices que burlan sus movimientos
te llaman
le gritan
bajan hacia los abismos quebrados
bajan con un sinfín de emociones trizadas
como las ramas pesadas por las copas de los árboles.

viernes, 2 de septiembre de 2011