domingo, 31 de julio de 2011




Me cae bien la sonrisa gris
esa difusa que le gusta jugar con los queltehues
nunca le creí, nunca le olvidé te recuerdo
aunque se haya ido con los marcianos a otro planeta
donde hablan otro idioma
ese distinto al mío
y ya no camina con dos patas sino con cuatro
y ya no tiene un corazón, si no seis
y sus dos bellos ojos están ahora bajo sus manos y pies
y tiene otro en la garganta que se abre y cierra 
haciéndose el dormido.