miércoles, 9 de noviembre de 2011



Una mancha se distiende entre las sombras
un pecado y un divino parecen unirse junto al cáliz sagrado
como tus piernas
profano como tus placeres.

La fugaz espera
te pide a lo lejos que extiendas tú, albacea
intrépida y acogedora
como el pastor con sus ovejas
implorando que mañana truene
sobre la siembra.

Te pido que pienses en la hermana y en ella
en la madre, en la palma
te pido, regresa
y llevar atisbos disonantes
de una amargura en el lecho
de una ausencia hecha casi presencia.

Te digo, te venero
y es una voz casi muerta la que se asoma ante las cuatro paredes
que claman y arañan
como gato atento a la prórroga.

Y es la flor de hiel
lo que pincha y no estila
es esa sombra gris
que se atora en mi garganta desierta
colmada de saliva
mientras las aves esperan la caída y las larvas saborean el párpado.

Te odio y te venero
como una espiga rota
como el mar quieto
te digo, te quiero
y no sé si es amor o estoy mintiendo
como una silueta sobre el océano
que difuso te vuelves
con espuma por los lados
y arena a otro puerto
son tantas las que han pasado
que no sé si mañana es feriado
o pasado
o mejor nunca
porque te robaste los días
eso, un ladrón de día eres
un rebaño en masa con tantas ovejas a su haber
eres pan y eres miga
eres ocaso y eres pausa
eres trigo
eres sol
eres vida y eres muerte
eres evasión
tormenta
y ambivalencia 
desengaño
dolor
pesadumbre
eres el más recóndito ser que pisa la tierra
eres alma y eres fuego
eres temor
eres tenue
eres zorzal
y eres vientre
amaneciendo entre dos paredes
eres claustro y eres represión
eres luz y lozanía
eres severo y terco
eres azul y a la vez verde
eres violeta y morado
te deseo un vida prolongada y zigzagueante
junto a un arroyo colmado de gusanos y sapos
eres grandilocuente entre los humanos y el qué hacer divino
eres razón y sensatez
eres clamor y melancolía
eres y no eres
eres y te desdices
dices y se dice
te naces y mueres
contigo es asumir la espera
de una gloria matutina
de un verdor inexistente
el más amable de los comensales,

y si alguna vez alguno de tus prismas dejaran de existir,
 no dejaría de estar a tu lado.