domingo, 20 de noviembre de 2011



Hacia el envolvente sol pasajero
te digo te espero
sólo si tu me dices hacer lo mismo
yo no puedo pedirte el alba
te lo entregaría a cambio de unos zorzales muertos
que antes volaban libres
y ahora yacen sobre esas piedras.

Cada imagen, cada recuerdo
se asoma por la ventana
y es la luz creciente
de esa luna marchita
la que se destroza
y esparce a cada mirada
implorando ser velada
llorando por ser apagada
extinguida se vería más bella
como bajo el sol
o los árboles sobre los arreboles 
que invitan a pequeños insectos a posarse junto a la savia
dejada por miles y cuantos
absorbida por otros 
mientras tanto él quiere despertar.