domingo, 12 de junio de 2011



Y es que te ahogas en un lago de maleza
envuelta de rojo carmesí
que te llama día y noche
esperando.
Estás lejos de ser una estrella,
pero tu luz sigue siendo nuestra,
como una constelación, 
más aún más bella.

¡Hasta luego! te gritan de un puerto desolado
desde un pañuelo manoseado
moviéndose como palomares
y ¿es que acaso no te das cuenta que el ave está más que mutilada?
¿aún crees en los atardeceres?