domingo, 12 de junio de 2011




Aún tan sólo el olvido 
parece más ameno que el zorzal
que los cardenales rojos
y las espigas zigzagueantes
desondulan envidiosamente
coqueteando con los foráneos
preguntando nombres y direcciones 
en una noche corta
corta de amor y lujuria muerta
que te lleva y mete a tu cama
peleando con el mañana
con los pájaros y los pistilos
que acusan al frío de estar exánimes.