martes, 24 de enero de 2012

La noche está rota
arriba bailan las auroras boreales
abajo la nieve pena
el río suena llevando rocas a un lago congelado
se escucha el sonido del viento traspasando los pinos
sujetos a las rocas
como esposas a las muñecas
como el sonido de la huida
como la desesperada luna que nos deja
en un vacío prominente
mientras el sol vuelva a brillar
habrán nuevos amaneceres
que duren una y mil horas
acongojadas por la espera
entre colores aberrantes
entre rencores extinguidos
entre diamelos rotos
entre azulejos
entre sogas descubiertas
y ladrones corriendo
entre asaltos en la noche
bajo el tunel
bajo la sombra
abrazando los pensamientos de los árboles inmensos
con troncos deslavados
carcomidos por los ciervos.