martes, 1 de febrero de 2011


Crisálidas
cristalina
purpurina
pupas de mariposas
semihumanas
semihorrorosas
siniestras
brillosas
navío
oscuro y sombrío;
siento tu aroma en cada regazo imaginario
¿porqué aún reconozco tus pasos?
y a veces me vuelvo y no eres.

Conozco tu forma de pensar y sentir
conozco tu odio por la mañana
y tu dicha por la noche
desearía no tener tan buen oído
desearía que las luces se murieran
que las luciérnagas se aniquilen entre ellas.

Que los insectos se tornen a la tierra y a los árboles
que los ciempiés se escondan bajo las rocas o los troncos húmedos
las hojas sean crujientes por toda la eternidad
que el agua pare de ser tan pura y transparente
que me dejen de producir cosquillas lo que cae de los pinos
cambia de color de verde a café y pica
pica en la espalda y pincha.

Tengo mariposas
tengo mariposas en mi estómago
en mi mente y en mis manos
en mis pies y en mi cuello.
Dueña soy de otro frasco lleno de ellas
las agito para que rabiosas me ataquen
las doy vuelta y las obligo a devorar a sus víctimas
tengo otro puñal de ellas
una jaula no de pájaros
si no, de tinieblas
tinieblas del medio día
de la media noche
de la madrugada.